y se preguntan cómo es posible que el monitor del recuadro sobreviviera al incendio. La respuesta que dan es que se utilizaron explosivos rompedores que producen una explosión muy localizada y de muy alta temperatura.
Sin embargo, antes de aventurarse a tal explicación habría que preguntarse si no estaría ese monitor directamente fuera del alcance del fuego.
La fotografía superior parece ser que se corresponde con la parte que quedó expuesta tras el colapso. Más concretamente parece que se corresponde con el piso superior, por la parte central. En la siguiente imagen vemos cómo hay partes claramente afectadas por el fuego y partes donde no parece que éste haya llegado:
La parte marcada en rojo es la que más parece corresponderse con la fotografía superior, ya que no tenemos datos de la procedencia exacta. Pero la presencia del tejado, la inclinación del mismo y el color de las paredes lo sugieren así.
Hay otro elemento, un atril con un libro, que ha sido objeto de la misma especulación:
Este atril estaba mucho más próximo al foco del incendio, ya que se hallaba tan sólo un piso por encima del mismo. ¿Es realmente posible que se salvara?
El investigador italiano Paolo Attivissimo lo compara con el caso de un incendio ocurrido en Milán, con colapso parcial incluido:
(fotografía original).
En el informe sobre el apuntalamiento temporal del Pentágono (del que ya hemos hablado en el artículo Análisis ADN), además, hay fotografías comparando despachos en los que no había sprinklers o aspersores antiincendios y en los que sí los había:
El despacho donde se encontraba el atril parece pertenecer a la zona renovada, por lo que es bastante probable que sí hubiera sprinklers en él. No encontramos, por tanto, nada de extraño en que el libro mencionado se salvara.