Sin embargo, en esas imágenes no se aprecian los daños principales, que estaban a la altura de la planta baja; ahí solo se ven los daños provocados en el primer piso:
En la siguiente fotografía se aprecian mejor los daños a la parte situada a la derecha del agujero, que están cubiertos por la espuma antiincendios o por el humo en las fotografías anteriores.
Y en la siguiente se observa lo propio para la parte izquierda.
Desgraciadamente, en los veinte minutos que pasaron desde el momento del impacto hasta el colapso del anillo E no disponemos de fotografías que muestren con claridad la extensión de los daños en una sola toma. Por ello, hemos realizado la siguiente composición utilizando esas dos fotografías, corrigiendo la perspectiva para que la fachada esté más o menos recta:
Un investigador italiano, Pier Paolo Murru, hizo la siguiente composición utilizando imágenes de alta resolución:
(versión en alta resolución disponible).
Se puede ver que el resultado es similar en cuanto a tamaño. Con esto nos podemos hacer a la idea de la verdadera extensión de los daños en la fachada. Conociendo la extensión de las ventanas del Pentágono, la altura de los pisos y otros datos, es fácil calcular que la anchura del agujero era de algo más de treinta metros a la altura de la planta baja y de unos seis metros a la altura del primer piso.
Actualización a 9 de febrero de 2009: Aquí tenemos otra fotografía que quizá sea la que mejor ilustre la extensión del daño en el lado derecho del agujero de entre las previas al colapso:
(versión en alta resolución disponible). Fin actualización.
¿Cabía por ahí el 757 del vuelo 77? La siguiente reconstrucción parece indicar que sí. Al menos el fuselaje, los motores y el grueso de las alas pasan sin problemas; las puntas de las alas causaron daños graves (indicados en marrón) pero no llegaron a perforar la pared.
