11-S: Análisis crítico
Hechos y leyendas sobre el atentado que cambió el mundo.

El "Coroner"

Wallace Miller era el "coroner" del condado de Somerset, Pensilvania, en los Estados Unidos durante los sucesos del 11 de septiembre de 2001. La figura del "coroner" se corresponde en aquel país a la de un funcionario, frecuentemente electo, encargado de las citaciones a testigos e incluso del nombramiento de jurados para las investigaciones previas a la determinación de la causa de la muerte. Sin embargo, no es necesariamente un oficial de justicia ni precisa de preparación médica y, por tanto, las traducciones más frecuentes, bien como forense, bien como juez de instrucción, no son del todo exactas, por lo que hemos preferido dejarlo sin traducción.

Miller, en calidad de "coroner" del condado de Somerset, fue una de las primeras personas que se personaron en el lugar del impacto del vuelo UA93 de la United Airlines. Fue, en virtud de todo ello, una de las personas más requeridas por los periodistas para conseguir sus declaraciones.

A partir de esas declaraciones, se ha interpretado que Miller aseguraba que no había restos de cuerpos humanos en el lugar del impacto, en el sentido de que fuera lo que fuese lo que se estrelló allí, no llevaba pasajeros o alguna cosa parecida.

Puede verse un completo resumen de todas estas declaraciones con sus interpretaciones en el blog Shoestring o en una traducción autorizada al castellano aquí En esta, se traduce "coroner" como "juez de instrucción".

La declaración que motivó toda la cuestión sobre este asunto fue la primera, recogida por el periódico norteamericano The Washington Post el 12 de mayo de 2002:

Cita
Dejé de ser "coroner" después de unos veinte minutos, porque no había cuerpos allí. Aquello se convirtió en un gigantesco servicio fúnebre.

Estas frases aisladas de su contexto son las que se citan en favor de la interpretación de que Wallace no vio cuerpos humanos por ninguna parte.

Sin embargo, esta se hace a fuerza de ignorar el resto de lo que se dice en el artículo.

Wallace pronuncia las palabras anteriores justo después de explicar que:

Cita
El impacto arrojó una horrible bola de fuego de terrible fuerza a través de acres de abetos y otros árboles, provocando muchos incendios. El fuselaje excavó directamente en la tierra con tanta fuerza que una de las cajas negras se recuperó a una profundidad de 25 pies bajo tierra.

Y justo después:

Cita
... los 33 pasajeros, siete tripulantes y cuatro secuestradores, juntos pesaban unas 7.000 libras. Esencialmente, fueron quemados en el impacto. Cientos de buscadores, que escalaron a los abetos y peinaron el bosque durante semanas, solo pudieron encontrar 1500 muestras de tejido humano abrasado totalizando menos de 600 libras o alrededor de un 8% del total.

A la vista de esto, Wallace más parece decir que no había cuerpos humanos reconocibles como tales, sino restos de tejidos a consecuencia de la violencia del impacto y la explosión.

Ante ese panorama, efectivamente, Wallace tenía poco que hacer como "coroner": la determinación de las causas de las muertes era más que evidente.

Se insiste en que tanto el propio Wallace como otros testigos hablaron de que no se veían restos humanos sin mencionar que se referían a que no se observaban en el lugar del impacto, porque, o bien estaban dispersos o enterrados. Esas mismas declaraciones dicen que tampoco había restos del avión visibles en el cráter o sus inmediaciones por la misma razón. Posteriormente, los equipos de búsqueda encontraron toneladas de restos, incluidos humanos dispersos y enterrados en el propio cráter.

No obstante, algunas de las declaraciones que se citan sí incluyen observaciones de pequeños restos de tejidos humanos. El bombero Dave Fox, citado por el propio artículo de Shoestring, declaró:

Cita
Vio un mazo de cables y un pistón. Ninguna de las otras piezas era más grande que un mando de televisor. Vio tres trozos de tejido humano desgarrado. Tragó saliva. "Sabías que había gente ahí, pero no podías verlos", dice.

Como en el caso de las frases de Wallace, "no podías verlos" expresa el horror del destrozo que los cuerpos de los pasajeros y tripulantes sufrieron.