Este argumento aparece en su artículo inicial «¿Por qué se derrumbaron realmente los edificios del WTC?», pero desde entonces, el argumento ha ido variando de forma para adaptarse a los contraargumentos, e incluso hallazgos del propio Jones.
La necesidad de plantear un dispositivo incendiario viene motivada principalmente por varios hechos:
- Poco antes del derrumbe de la Torre Sur, se observó una sustancia con apariencia amarillo-anaranjada brillante caer. Esta sustancia es identificada por Steven Jones como hierro fundido, producto de la reaccion de termita. Sin embargo, es probable que estuviera relacionada con un sistema de alimentación ininterrumpida que estaba presente en dicho piso. Ver ¿SAI en el piso 81 del WTC 2?
- Algunas fotografías tomadas durante el desescombro muestran cortes en las columnas a 45°.
- La presencia de metal fundido durante meses entre los escombros.
- En ningún video se escuchan en ningún momento explosiones que puedan relacionarse directamente con el derrumbe de los edificios.
- En el Apéndice C del informe de la FEMA se analiza acero del WTC7, que presenta una difusión de azufre. En el informe, la FEMA hace notar que la difusión de azufre en el acero produce una disminución de la resistencia del acero.
Sin embargo, iniciar una reacción de termita es difícil, ya que se requieren altas temperaturas para hacerlo. Jones, teniendo en cuenta que se encontró una difusión de azufre entre el acero recuperado, cambió de mezcla, y en vez de termita, ahora sería «termato», un derivado de la termita que incluye azufre entre sus componentes, que reacciona a menores temperaturas. De esta forma, el azufre encontrado en los análisis sería una prueba del uso de esta mezcla y se habría usado para debilitar el acero, en vez de para cortarlo, al dejar que el azufre se difundiera en el acero.
Posteriormente, en 2009, Jones en colaboración con otras personas, analizaron polvo proveniente de las torres gemelas. De tal análisis surgió un artículo, publicado en una revista de escasa relevancia entre la comunidad científica y de dudosa reputación (Ver El «material termítico» recientemente analizado es pintura). Las conclusiones de Jones et al. fueron que el material analizado era «nano-termita», una termita cuyos granos de polvo habrían sido reducidos a tamaños nanométricos, dejando de lado la idea del termato. De esta forma, la mezcla se vuelve más «potente», es decir, es capaz de liberar su energía en menor tiempo, (y no más «energética», como concluyen en su artículo). Esta capa de «nano-termita» de apenas un milímetro de espesor, se aplicaría sobre las columnas directamente como si fuera pintura.
Tras la publicación del artículo, existió un amplio debate en varios foros de internet, con Steven Jones respondiendo directamente a las críticas. Esta capa de «pintura de nano-termita», según se deduce de los mismos datos obtenidos por Jones et al., no sería capaz de calentar el acero más que unos grados, lo que en modo alguno le haría perder resistencia y mucho menos derretirlo. Habiendo hecho notar este punto, la respuesta de Steven Jones fue entonces:
Cita de: Steven Jones
Durante la discusión, expresé brevemente mi hipótesis de que la nanotermita sirvió como agente de ignición, como las «cerillas de supertermita» descritas en nuestro artículo, para detonar explosivos más convencionales como C4 o HMX, en la destrucción de los edificios del WTC. TAMBIÉN hay evidencia de termato (azufre más termita y posiblemente en la forma de termato TH-3) y probablemente con la intención de debilitar miembros estructurales críticos
[...]
Detonadores fiables y robustos de super- o nano-termita serían iniciados por un pulso de corriente generado por un radio-receptor, detonando cargas direccionales para cortar el acero, comenzando la secuencia cerca de donde los aviones se estrellaron en las torres y controlado por ordenador
[...]
Siempre he sido consistente al señalar que se usaron explosivos para tirar abajo las Torres.
Tras apuntar en su artículo que la nanotermita se aplicaría sobre las columnas (y por debajo del material ignífugo que las recubría) como si fuera pintura, cambia de nuevo su punto de vista para usarla como una novedosa forma de detonar explosivos convencionales. Así que tras varios años con la hipótesis del uso de termita, hemos vuelto al punto de partida, con el uso de explosivos convencionales que incomprensiblemente nadie oye, ni los micrófonos registran, en el momento de caer de las torres, a la par que hay que usar una mezcla de termato para debilitar otras columnas, en una complicada demolición que nunca antes se ha llevado a cabo.
Vuelta al principio, pero ahora con nuevas preguntas que responder, como ¿por qué habría que detonar explosivos convencionales con detonadores no convencionales?, ¿por qué no se oye la explosión de los explosivos convencionales?, ¿por qué hay que demoler las torres de una forma tan complicada, usando dos técnicas totalmente diferentes tanto en método como en velocidad de actuación?, ¿dónde se colocarían las cargas, dónde el termato, y qué secuencia de detonación deberían seguir para sincronizar ambas técnicas, y que la demolición ocurriera como se observó en las imágenes?
A fecha de hoy, ni Steven Jones, ni ningún otro defensor de las teorías de la conspiración ha sido capaz de responder estas preguntas.