No, eso no es cierto. Primero, porque los muros del Pentágono están hechos de doble ladrillo y una fina capa de hormigón; los exteriores, además, tienen una cubierta adicional de piedra caliza, que con el doble ladrillo y el hormigón suponen un grosor total de unos 35 cm, y una fila de columnas tras ellos (fuente, páginas 6 y 11). No hay tales muros reforzados. Segundo, porque sólo atravesó dos muros, el exterior y este otro interior:
¿Qué pasa entonces con los muros intermedios? Lo cierto es que a esa altura no existían muros intermedios. He aquí un esquema de la vista en corte de uno de los lados del Pentágono. El anillo E es el exterior y el A el interior. Los números indican las plantas.
Teniendo en cuenta que el AA77 impactó a una altura que estaba entre las plantas 1 y 2 (planta baja y primer piso), se comprende fácilmente que no había otros muros intermedios. En la siguiente fotografía se aprecian además las ventanas exteriores del lado opuesto:
Y en la siguiente se ve la parte que colapsó, una vez limpia de escombros, dejando a la vista el espacio entre los anillos E y D, en el cual como se ve no hay pared alguna:
Veamos de cerca el muro del anillo C:
Doble ladrillo y una estructura de barras presumiblemente de acero, tal y como hemos avanzado.
Para comprender cómo este avión pudo perforar un muro como el de la pared exterior del Pentágono y cómo aún le sobraba energía para romper el del anillo C, es importante conocer su energía cinética.