La idea de «si no se ve, es que no estaba» se ha apoderado de muchos partidarios de teorías alternativas sobre los atentados. Afirmaciones como que no había restos del avión o que el césped estaba demasiado limpio han sido habituales para promover la idea de que tal avión no existía, mencionando como explicación alternativa la idea de un misil o un avión pequeño. Aparte de las declaraciones de los testigos, que veremos a continuación, estas explicaciones alternativas no consiguen explicar los derribos de las farolas (véase AA77: Preimpacto e impacto) ni el tamaño del agujero de entrada (véase Agujero de entrada).
Pero a pesar de no existir grabaciones, hubo gente que lo vio con sus propios ojos. Y mucha, de hecho, ya que era una hora punta y la autopista estaba muy concurrida en ese momento en sentido Washington.
Eso no ha frenado a los que promovían la idea de que el vuelo 77 no pudo estrellarse allí. Hay un famoso vídeo sensacionalista, Pentagon Strike (hay versión en español, Objetivo Pentágono), que ha difundido esta idea aportando declaraciones de testigos manipuladas y escogiendo las fotografías para ocultar las que contradicen su tesis.
Para algunos, las declaraciones más importantes a tener en cuenta son las primeras, «antes de que la máquina de censura se ponga en marcha». Esto tiene poco sentido. Las primeras informaciones que llegan a los medios son las que están sin confirmar y resultan más contradictorias; así, por ejemplo, según esa regla deberíamos pensar que hubo un quinto avión secuestrado, ya que eso lo dijeron los medios aquél día, aunque más tarde lo negaron. No, las primeras informaciones suelen ser las que más riesgo tienen de ser erróneas. Por otra parte, dado el estado de la autopista aquel día habría sido imposible acallar tantas voces, así que poca diferencia podría haber existido caso de tener alguna base eso de la «máquina de censura». Y además nos preguntamos: ¿esa «máquina» no podía haber estado ya en marcha desde antes, con los periodistas que fueron a cubrir la noticia ya preparados? Lo de la «máquina de censura» no pasa de especulación.
¿Y qué es lo que dijeron los testigos? Disponemos de amplias colecciones de declaraciones; 9-11 Research contiene la colección recogida por el investigador francés Eric Bart y otra menor encontrada «en un sitio web dedicado a detractar las teorías alternativas», de un tal SomeGuyYouDontKnow33, que en parte se solapa con la de Bart pero incluye algunas declaraciones nuevas.
La colección que vamos a usar aquí es la que recoge Joël van der Reijden, ya que incluye un análisis del contenido. De acuerdo con ella, tenemos las siguientes estadísticas para las declaraciones de los testigos:
- Número de testigos que dijeron ver un avión y lo describieron con palabras como «airliner», «big», «silver», «roaring», etc.: al menos 45.
- Número de testigos que dijeron específicamente ver un avión de American Airlines (no hay indicación en ninguno de los casos de que hablaran de un jet pequeño): al menos 25.
- Número de testigos que dijeron que el ruido del avión era ensordecedor: al menos 22.
- Número de testigos que dijeron ver un avión tirando farolas al cruzar la autopista: al menos 19.
- Número de testigos que dijeron ver y oír que el avión se ponía a tope solamente los últimos segundos: al menos 12.
- Número de testigos que dijeron ver un C-130H volando 30 segundos tras un avión de aerolíneas: al menos 11.
- Número de testigos que dijeron que el avión tenía el tren de aterrizaje recogido: al menos 6.
- Número de testigos que dijeron que el avión no tenía desplegados los flaps. El testigo 1 vio un 757, los testigos 2 y 4 un American Airlines; el testigo 3 vio un 757 de American Airlines (no se conocen testigos que dijeran que el avión tenía los flaps bajados): al menos 4.
- Número de testigos que dijeron ver un avión pequeño (sin hacer una interpretación «creativa» de las declaraciones): al menos 3.
- Número de testigos que dijeron ver un misil: ninguno conocido.
- Número de testigos que dijeron ver un caza militar en el momento del impacto: ninguno conocido.
- Número de testigos que dijeron ver un Global Hawk en el momento del impacto: ninguno conocido.
- Número de testigos que dijeron ver las caras de los pasajeros por las ventanillas: ninguno conocido.
Hubo varios testigos que oyeron algo que sonaba como un misil. La turbina que impulsa los misiles suele ser del mismo tipo que la de los aviones, así que eso por sí solo no es concluyente. Los aviones normalmente no se acercan silbando para después explotar, así que un sonido con esas características puede asociarse más fácilmente con un misil que con un avión. El vídeo Pentagon Strike es notable por el recorte manipulativo de las declaraciones de los testigos para tratar de demostrar que fue un misil lo que impactó.
Quienes hablaron de un avión pequeño fueron D. S. Khavkin, desde Arlington, Don Wright, que estaba a más de dos kilómetros y medio de distancia del Pentágono, y Steve Patterson, quien se encontraba en el lado opuesto del Pentágono al que se produjo el impacto (no sabemos la distancia con exactitud) y que también dijo que «volaba tan rápido que no pudo leer nada escrito en el lateral». Muchos otros pudieron leerlo sin problemas, lo que sugiere que tanto Patterson como Wright y Khavkin se encontraban a una distancia que no les permitía distinguir bien las proporciones. Khavkin, por cierto, nombra un «avión comercial pequeño», a diferencia de Patterson y Wright que hablan de un avión «de cercanías» («commuter jet»). También hay una cuarta declaración de alguien no identificado («Unidentified man» en la compilación de SomeGuyYouDontKnow33) de cuya localización y capacidad de visión no sabemos nada pero sí que no distinguió ninguna marca en el avión. No sabemos seguro si ese anónimo pudo ser Khavkin, Wright o Patterson, por lo cual no lo hemos contabilizado.
Hay al menos un par de declaraciones, las de Don Perkal y Gilah Goldsmith, ambos trabajadores del Pentágono, que hablan de olor a «cordita», que es un propelente similar a la pólvora pero que no produce humo, usado en la munición de los rifles y cañones. Goldsmith es abogada y no creemos que tenga gran experiencia en pólvora; cabe la duda de si trabajaba con Perkal y éste le sugirió la idea de la cordita. Aun si el olor hubiera realmente sido como ese, eso no demuestra que realmente la hubiera. El poder tanto explosivo como incendiario de la cordita es muy pequeño en comparación con muchos otros compuestos modernos, así que habría tenido poco sentido utilizarla. Por otra parte, estas declaraciones no eran de las primeras. Si hubiera existido «máquina de censura», habrían sido sin duda acalladas.
Hay un argumento que afirma que los testigos dijeron ver las caras de la gente por las ventanillas del avión, lo cual no podía ser dado que los pasajeros estaban confinados en la parte de atrás. Quienes lo sostienen no dan referencias, ni siquiera sobre la persona que lo dijo. No hemos encontrado tal declaración, aunque uno de los testigos, Steve Eiden, dijo: «Casi se podía ver a la gente por las ventanillas». Entendemos que ese casi es una forma de enfatizar la claridad con que vio el avión. Tal vez alguien interpretó esa declaración como si ese casi no estuviera y así surgió el rumor.