He aquí unos cuantos ejemplos escogidos.
- Varias películas sobre el 11-S citan como fuente este artículo de American Free Press (AFP) (Actualización a 13 de mayo de 2009: El artículo original ya no existe, aunque está reproducido en varios sitios, por ejemplo aquí: http://www.mail-archive.com/ctrl@listserv.aol.com/msg108568.html). El artículo completo trata de los intentos de los periodistas de AFP para conseguir averiguar la procedencia de los motores, y de cómo no consiguen averiguar datos concluyentes. Sin embargo, quizá por aferrarse al titular, que no se corresponde fielmente con el contenido, estas entrevistas son interpretadas como indicios de que los fabricantes de los motores no son capaces de identificar las piezas que se les muestran como pertenecientes a uno de los suyos.
En el caso de Rolls Royce, que es la casa que fabricó el motor del AA77, esto es lo que el periodista consigue sacar:
Cita de: AFP"Si el avión que impactó el Pentágono era un Boeing 757-200 de American Airlines, entonces tendría que ser un motor Rolls Royce", dijo a AFP Mark Sullivan, portavoz de Pratt & Whitney.
John W. Brown, portavoz de Rolls Royce (Indianápolis), había dicho previamente a AFP: "No es parte de un motor Rolls Royce con el que esté familiarizado, y ciertamente no del AE 3007H que se fabrica aquí en [Indianápolis]."
Los motores AE 3007 se usan en pequeños jets privados como el Cessna Citation; el AE 3007H también se usa en un avión militar no tripulado, el Global Hawk. [...]
Al preguntarle de nuevo si el disco de la fotografía es una pieza de un Rolls Royce RB211-535, o de la serie AE 3007, Brown dijo que no podía determinarlo.
AFP preguntó a Brown si estaba familiarizado con las piezas de un AE 3007H, que es lo que se fabrica en la planta de Indiana. "No", dijo Brown. "Yo no construyo motores. Soy un portavoz de la compañía. Hablo por la compañía."
Sacar de este texto una conclusión que implique que los fabricantes dicen no reconocer la pieza, es manipular. Quien no la reconoció es un portavoz de la compañía, que no entiende de motores, en una planta donde ese motor no se fabrica.
- Algunos divulgadores, en particular el documental Loose Change 2ªed., nos muestran la siguiente fotografía:
y piden al espectador (o lector, según el caso) que la compare con la siguiente:
No conocemos la relación entre el CF6-80C2 que se presenta en Loose Change y el vuelo 77, ya que no se emplea en este tipo de aviones. Es bien conocida en cambio la siguiente imagen, que ilustra lo que probablemente sea la pieza que se corresponde realmente con dicha fotografía:
(En AerospaceWeb hay otra imagen de la misma pieza.)
Dado que esta última imagen aparece en multitud de lugares comparándola con la fotografía, no cabe dudar de que los guionistas de Loose Change tenían este dato, por lo cual consideramos que la forma de presentarlo por parte de dicha película es tendenciosa y sesgada, privando a propósito al espectador de información veraz.
- La película Loose Change afirma que "según la versión oficial, el avión [del Pentágono] rebotó en el césped antes de estrellarse contra el edificio". Esto es falso. No hay informe oficial que defienda tal cosa. El avión rozó un bordillo con el motor izquierdo y el derecho chocó con un generador. No rebotó contra el césped en ningún caso. Véase AA77: Preimpacto e impacto.
El mismo razonamiento se aplica al vídeo Pentagon Strike, que muestra en plan burlón un hoyo de golf en ese césped, en una zona que en realidad está bastante alejada del punto del impacto. Véase El césped.
- En varias películas y sitios web se habla de que la temperatura alcanzada durante el incendio o tras el colapso de las Torres no pudo ser producto del combustible de los aviones, insinuando así que algo más lo produjo; a menudo se usa esta insinuación para introducir la termita como factor. El problema es que esa insinuación no contempla el hecho de que los incendios pueden ser iniciados por el combustible y que cuando éste se consume por completo, lo cual suele suceder unos minutos después, ya se han prendido en llamas multitud de papeles, plásticos, maderas, etcétera, causando un incendio cuya temperatura no depende del combustible que lo inició. Por comparar, es equivalente a insinuar que un incendio iniciado por un mechero no podría alcanzar más temperatura que la de la llama del mismo. En Zeitgeist se usa esta insinuación con respecto al metal incandescente que se halló en los escombros.
- Tanto la película Zeitgeist como 911 Mysteries, así como varios sitios web, mencionan que nunca antes había colapsado un edificio de acero a causa del fuego. Esto es falso: ha habido multitud de casos, como los tres edificios de la fábrica de juguetes Kader que colapsaron debido al mismo incendio (fuente) o la exposición McCormick Place de Chicago que lo hizo tras sólo treinta minutos de incendio (fuente). Al parecer no ha habido ningún rascacielos que se derrumbe debido al fuego, pero esa no es la forma en que se nos presenta el dato. En el edificio Windsor de Madrid, el incendio destruyó la estructura de acero y cristal de los pisos superiores, que colapsó por completo dejando el núcleo de hormigón al descubierto. Véase el artículo Comparación con otros incendios. Además, presentado de esa manera, se omite el factor de la influencia de los graves daños estructurales como parte de la causa del derrumbe; no olvidemos que las torres cedieron justo por los respectivos puntos de impacto.
- El vídeo Pentagon Strike contiene tal cantidad de manipulaciones que ha sido merecedor de su propio artículo en esta web.
- Steven Jones es un profesor de la Universidad de Brigham que se ha destacado por su defensa del uso de termita para la demolición del WTC. Sus argumentos se hallan reunidos en un artículo, en el que entre otras cosas, se pregunta por la caída de la torre sur. Presenta esta caída como contraria a las leyes de la física, pero no menciona ni argumenta en contra de las explicaciones proporcionadas por varios expertos en un artículo donde defienden el derrumbe y colapso de las torres gemelas.
Podría ser debido a que Jones no sabía de su existencia cuando escribió el suyo, pero sin embargo, más adelante Jones menciona explícitamente ese mismo artículo para señalar una posible incoherencia entre las temperaturas del incendio y el modelo de colapso propuesto. Jones hurta así al lector la oportunidad de conocer la existencia de una explicación a la caída del WTC2, haciendo creer que nadie ha sido capaz de aportar una argumentación lógica dentro de las leyes de la física, lo cual sabe que es falso.